7.06.2004

Mi Viaje a la MECA

Muchos se preguntaran ¿qué es la Meca?.

La meca es un lugar mas allá del oasis que se encuentra rodeado por miles de palmeras y por cientos de pozos de agua, al que todas las personas que viven en alrededor del desierto del Sahara tienen que visitar una vez en su vida, para lograr una paz espiritual y para decir que realmente hicieron algo grande en la vida, puesto que el viaje dura seis meses a camello o caminando por las suaves arenas del desierto; cuando las personas regresan de este viaje, regresan a morir en paz, a tener plenitud porque este viaje es para la purificación del alma y para sacar de ella el odio.
Yo no vivo ni alrededor, ni cerca, ni en ese continente; yo vivo en América, y decidí crear mi propio viaje sin recorrerlo realmente físicamente; verán, en repetidas ocasiones pasamos por situaciones en las que nos sentimos como la persona mas insignificante del mundo sin serlo en verdad, hay momentos que quisiéramos que nunca hubieran existido para nosotros o para alguien que se encuentre en nuestro alrededor, por supuesto que no somos dioses” (dios existe en el corazón de cada persona, y solo los que crean esas fantasías para atribuirle algo a alguien son los que acuden a las iglesias para no sentir el vacío y no sentirse en la soledad) esto les sirve de mucho pero crean un fanatismo que recorre el mundo entero, es un moviendo de personas con un don en común: “crear”.
El viaje lo empecé cuando el corazón y el alma estaban por terminar de desintegrarse en la soledad de mi ser, provocado por personas y/o circunstancias de la vida que no caminaban a la manera en que yo deseaba; atrapada en el espanto y en la desesperación empecé a recordar fragmentos de libros de “superación personal que me habían obligado a leer en la universidad”, recordé también que siempre pensé que la superración personal no se debe de leer, ni se debe de “practicar”con otros individuos; ¿Por qué? porque la superación personal es ”personal” y no necesitamos de alguien que nos tenga con un látigo indicándonos lo que se debe de hacer; la superación personal nace de lo mas profundo de cada ser, se crea cuando la necesitas y solo cada uno de nosotros sabrá decidir si la toma o la deja.
Al recordar estas cosas y mi “filosofía” opte por tomar mi propia superación personal que se había venido viendo dañada así que recordé un fragmento de un conocido libro (como inicio), continué tomando imaginariamente mis maletas, y sin saber como llegar emprendí el viaje a la Meca, a este hermoso lugar que se encuentra mas allá del Oasis pasando el desierto.
Mi viaje lo emprendí sola, lo cual me ha servido de mucho, he entendido y practicado lo que siempre he sabido, pero que para mis conveniencias no era bueno.
En este aspecto de lo bueno y lo malo he creado otra filosofía: ¿Por qué la mayoría d e las personas hablan de lo bueno y lo malo?; lo bueno y lo malo no existe, a lo que se le llama bueno y malo son simplemente circunstancias a las que cada uno de nosotros decidiremos si las tomamos o no; si las tomamos y nos perjudican esta bien, ya sabemos para la próxima; si nos benefician igual el caso ya lo sabemos y esperaremos otra oportunidad como esa.
Las oportunidades solo se presentan una vez en la vida ¡así que decide si las tomas o no rápido! por que después te lamentaras por no haberlo hecho.
En el trayecto encontré viajeros que se sentaron por pocos minutos a charlar conmigo hablamos de la soledad y siempre la respuesta fue que la soledad ya no se sentía, pues el compañero de viaje éramos nosotros mismos, ¡que mas seguridad podíamos tener con eso!.
Todos nos dirigimos al mismo lugar, pero todos también tomamos caminos diferentes; si optamos por la tormenta de arena, por las dunas más altas, caminando, en camello; yo decidí después de un tiempo caminar para sentir la majestuosa penetración de mis pies en la arena, para dejar en ella todo aquel remordimiento, recuerdo o culpa que me había estado invadiendo.
Justo antes de llegar a la cima de la ultima duna (como se que esa era la ultima duna) me sentí llena de una energía incomprensible, llegue a la cima y ante mis ojos se encuentra una majestuosa ciudad brillante.
Me senté a la orilla de la duna y contemple mi esfuerzo; nunca mire atrás pues el hacerlo acaba con el encanto y me devuelve al principio del camino, es como jugar serpientes y escaleras.