7.27.2004

Perdone usted

este atrevimiento, el del llamarle aun no sabiendo su nombre 
imagunando su nombre, tal cual como los angeles
no resisti la tentacion, de darle los buenos dias
yo se que usted es muy seria, y no merece este atrevimiento
pero la verdad necesitaba expresar su belleza
de verme en sus encantadores ojos, con mil estrellas
de escuchar su risa, como canarios en los campos
el atevimiento de comentarle esos maravillosos detelles suyos
como el de su caminar, como sobre las olas del mar el barco navega
como el de su paso, un camino de aromas de flores
como el de su presencia, que me roba las horas de sueño 
perdone usted
pero es lo mas cercano al cielo, en esta ciudad
y al llamarle saber que no es un sueño, y que es real mi sueño
perdone usted.